CAPITULO 15
Todo estaba a mi favor, me encontraba a pocos días de la
inauguración de “Librocentrismo” y me desvelaba tratando de pulir los detalles
previos al día de la inauguración. No sería algo grande, ya que la mayoría de
los recursos estaban destinados a la adquisición de los libros y ornamentación
del local, pero si tenía la esperanza de que sea algo llamativo, puesto que
queríamos atraer la atención de la mayor cantidad de jóvenes estudiantes y
amantes de la lectura que encuentren en nuestra librería lo que necesiten.
Había creado una serie de eventos en las redes sociales
para que la noticia se divulgue, había cierta expectativa en círculos de amigos
y algunos familiares a los que había invitado, pensando sobretodo en llamar la
atención. Vivimos en un país de curiosos, sabía que si había cierta cantidad de
público el día de la inauguración, más personas se acercarían a ver y éstas a
su vez atraerían a más personas y así sucesivamente. Es inevitable.
El día había llegado y me sentía un poco nervioso, el
encargado de la publicidad a pequeña escala había cumplido su labor y había
cierto público sentado en las sillas blancas instaladas previamente. Al parecer
estaban todas las personas que había invitado de manera personal y podía
distinguir uno que otro joven con apariencia académica merodeando la zona,
seguramente habían leído la publicidad y se habían acercado a ver que podían
encontrar.
Mi padre había llegado de viaje especialmente para el
evento y se encontraba fumando un cigarrillo a las afueras del local,
seguramente esperando a que inicie el evento para recién ingresar. Por otro
lado mi madre aparentaba cierto nerviosismo y lo disimulaba con sonrisas en las
conversaciones que sostenía con algunos familiares asistentes. Todos hablaban,
todos murmuraban, todos aquellos ahí reunidos en cierto momento habían esperado
mucho de mí profesionalmente, seguramente a que acabe mi carrera y sea el
ejemplo para el resto de mis primos menores que yo, pero no había salido así.
Renuncié a la universidad y me dispuse a iniciar algo nuevo, algo mío y aunque
en ese momento no todos confiaron en mí luego de varios meses iban a cambiar su
forma de pensar, iban a verse sorprendidos al ver que una vez más, cumplí con
lo que me dispuse y contra todo pronóstico. Eso es lo más emocionante de la
vida, cuando muchos dicen que no puedes, sin darse cuenta te están dando más
razones para que lo hagas. Ese era mi momento, ese era el inicio.
Escuché que un amigo mío al que había hecho participar como
“maestro de ceremonia” de manera improvisada, dejaba escuchar su voz por el
micrófono captando la atención de los concurrentes.
—
Buenas tardes con todos, les
saluda su amigo Pepe Lucho, Librería “Librocentrismo” agradece su cordial
asistencia, a este magno evento en el cual se dará apertura a el que será el
punto de reunión de los académicos y amantes del buen libro. Pido por favor,
permanecer sentados y en silencio de tal manera que el evento se lleve a cabo
sin percances. En algunos momentos más estará con nosotros Jaime Valenzuela,
amigo mío y dueño de esta brillante idea que pretende cambiar la manera de lo
que representa ser una librería.
Escuché que el micrófono se apagó y se dejaron escuchar
algunos aplausos irrelevantes, seguramente por compromiso. De pronto vi que
Pepe Lucho regresaba al lugar donde me encontraba.
—
Jaime ya está, son todos
tuyos.
— Muchas
gracias Pepe Lucho, como siempre haciendo gala del buen habla, sabía que podía
contar contigo para este día.
— No
hay de que Jaime, ambos hemos sido amigos por años y era imposible reusarme a
la idea de estar aquí presente. Bueno pero el protagonismo es tuyo esta vez,
así que éxitos en tu discurso de apertura. ¿Has preparado algo, cierto?— me
miró y sonrió como si la respuesta ya fuese conocida— Lo sabía, siempre te ha
gustado improvisar pero está bien, es lo tuyo— y terminó su frase con una
carcajada.
—
Así es, me gusta sentir la
adrenalina de construir frases según las circunstancias.
Agradecí nuevamente a Pepe Lucho por el gesto de estar
presente y me dirigí al modesto estrado que se había instalado para poder
pronunciar algunas palabras. El número de personas había incrementado, podía
ver a más amistades de mi promoción, de mi ex universidad y uno que otro
familiar más que se llegaban y se sentaban presurosos en las sillas que se había
puesto fuera del local previa inauguración. Tal como lo esperaba, el número de
curiosos se había incrementado también, muchos sin saber siquiera que estaba
pasando, pero la curiosidad podía más y murmuraban entre sí seguramente
haciendo hipótesis de qué estaba pasando o de que regalos se iban a dar. Típica
del peruano. Sonreí internamente.
De pronto visualizando a las personas que estaban cerca, vi
que estaba Gaby sentada en una de las sillas, había ido bien arreglada y me
miraba con cierta ira y es que no era para menos, ingratamente y con todos los
ajetreos por la inauguración olvidé invitarla. Fue un descuido imperdonable y
por dentro me lamenté profundamente, como pude olvidar ponerla en la lista para
que le llegase la invitación. Pero a su lado vi a alguien más, que había pasado
desapercibida pero que estaba ahí con una sonrisa dibujada y mirándome
atentamente, era Jessica. Al parecer Gaby al enterarse por las redes sociales
había conversado con Jessica sobre la inauguración y ambas se habían puesto de
acuerdo para ir. Me sonrojé al mirarla y ella mostró una sonrisa conciliadora
como transmitiéndome un sentimiento de calma. Aunque me había reprochado
previamente por no haber invitado a Gaby a la inauguración, no se me había
cruzado por la cabeza el invitar a Jessica, tengo que reconocer inclusive que
ni siquiera consideré en algún momento invitarla. Pero también tengo que reconocer,
que me dio gusto verla ahí.
Me encontraba vestido muy elegante, con un terno oscuro y
camisa y corbata cuidadosamente escogidas por mi hermano Ricardo, siempre tuvo buen
gusto para vestirse y de vez en cuando era una especie de asesor personal
cuando de ponerse algo se tratase. A pesar de no haber sido un evento grande,
sabía que tenía que destacar ya que era mi proyecto, mi negocio y mi inicio
hacia una nueva vida, así que no dudé en vestirme elegantemente.
—
Señoras y señores, es para mí
un privilegio dejarlos con mi gran amigo y dueño de “Librocentrismo”, Jaime
Valenzuela.
Escuché aplausos de los asistentes, todos de pie para
recibirme y me sentí muy nervioso, a pesar de haber estado acostumbrado a
hablar muchas veces en público desde que era muy niño, aquel día era diferente
al resto, era el día en el que le iba a callar la boca a muchos y dejar orgullosos
a muchos otros.
Traté de disipar esos nervios con algunas técnicas que
había leído en algunos libros de motivación previos discursos y le di la mano a
Pepe Lucho que de inmediato me dejó solo en el modesto estrado adornado con una
también modesta alfombra. Y empecé:
—
Buenas tardes a todos los
asistentes, agradezco previamente a mi gran amigo Pepe Lucho que de una manera
desinteresada aceptó ser maestro de ceremonias o anfitrión en este especial
evento para mí. Quiero continuar los agradecimientos hacía ustedes por haber
dejado de lado sus deberes y labores y estar presentes el día de hoy acá,
conmigo. A mi madre que desde temprano estuvo presente acá y a mi padre que
vino desde lejos tan solo para presenciar este momento y tengo entendido mañana
mismo está partiendo otra vez. A mi hermano Ricardo que el día de hoy haciendo
gala de su buen gusto, me ayudó a elegir lo que llevo puesto. Gracias a los
tres. A mis familiares: tíos, primos y sobrinos que hicieron un espacio en sus
agendas para asistir el día de hoy y a mis amigos y curiosos— recuerdo haber
dicho curiosos con cierto sarcasmo que me dio un poco más de confianza— que al
igual que el resto han venido hasta aquí para la inauguración de
“Librocentrismo”.
Aún recuerdo como si
fuese ayer, y es algo que no es desconocido para muchos, el día en que decidí
dejar la Universidad, tengo que reconocer que haber esperado hasta el último
año de la carrera para tomar esa decisión fue muy inmaduro de mi parte.
Recuerdo también que decepcioné a muchas personas que en su momento apostaron
todo por mí y que tras tomar esa decisión un sentimiento de decepción no se
hizo esperar. Mis padres, aquellos que estuvieron conmigo en todo momento y me
habían dado todas las facilidades para estudiar tranquilo y acabar satisfactoriamente
mi carrera, entiendo que también se decepcionaron de mí, aunque muchas veces lo
negaron sabemos que fue así. Mi familia que desde que fui muy chico siempre me
tuvo bajo la mira, de una manera positiva desde luego pero que al igual que mis
padres, hubiesen deseado que finalice aquello que un día empecé. También soy
consciente que los decepcioné. A mis amigos de la universidad, que tomaron con
sorpresa mi decisión y a pesar de tratar de convencerme repetidas veces,
terminaron por aceptar mi decisión y que hasta el día de hoy me demuestran que
son mis amigos a pesar de no compartir el mismo escudo universitario ni las
mismas aulas que han dejado una carpeta vacía por mi ausencia. Luego de aquella
difícil decisión, porque créanme, fue muy difícil tomarla, sabía que no podía
dar ese paso sin antes pensar en dar otro. Aquel otro paso era tener algo
propio, algo mío, algo que fuese producto de mi idea y algo que me permita
soñar día a día, que me guíe por el sendero del éxito y sobretodo que, aunque
muy polémica premisa, demuestre que en esta vida no hace falta tener un cartón
como título para ser sinónimo de éxito. Tengo que confesarles también, que
luego de dar ese paso me sentí muy apenado, ya que sentí que me dieron la
espalda, ya que noté que me habían puesto barreras. Aquel joven universitario
que de pronto era un ejemplo para el resto de la familia, de pronto pasó a la
fila de los rechazados, de aquellos que son nombrados solamente para decir “no
quieres terminar como él”. Sé que mi familia está presente aquí, les pido
disculpas si es que me equivoqué en interpretar todo eso, pero fue lo que sentí
y lo que ustedes me hicieron sentir sobretodo— en ese momento noté como algunas
de mis tías se iban sonrojando, iban pasando saliva de una manera amarga por la
expresión de su rostro, iban frunciendo el ceño— No pasé los mejores momentos,
lo cual empujó a que me vaya de mi casa y que viva solo por un tiempo, tiempo
que me permitió pensar en que haría de mi vida, me desvelaba tratando de crear
la fórmula perfecta que combine mis pasiones con mis habilidades y luego de
algún tiempo la encontré, “Librocentrismo” es sinónimo de todo eso. Regresé a
mi casa de la mejor manera, nuevamente sentí el calor del sentimiento que sólo
los padres saben transmitir, sentí nuevamente aquel apoyo incondicional de
ellos que nunca estuvo ausente y me alegró saber que contaba con las
herramientas necesarias para llevar a cabo lo que yo quisiera.
Me reuní con un grupo
de amigos, cada uno muy bueno en su especialidad y les conté la idea sin el
menor temor de que se la apropiasen, los vínculos de amistad hacen eso y luego
de varias semanas de arduo trabajo, se llegó a esto, a cumplir una de mis
metas, a demostrar que no basta ser algo en la vida, sino que hay que buscar
siempre el ser alguien. Aquello diferencia a los seres comunes de los seres que
son grandes.
El día de hoy, es el
nuevo inicio de esta etapa en mi vida, con este evento demuestro que todo es
posible mientras uno lo crea así. Que imposible no es más que un derivado de la
palabra posible, el día de hoy salí de la fila de los rechazados para entrar a
la fila del éxito. No pretendo seguir siendo ejemplo de nadie, no pretendo ser
un modelo a seguir, sólo pretendo ser yo mismo y les pido entiendan que cada
uno de ustedes también tiene que serlo.
“Librocentrismo” va a
modernizar el concepto de lo que era una librería, en estas cuatro paredes se
encierra el concepto de lo que el conocimiento permite hacer, de lo que el
futuro necesita, ya que si es que hay algo en la vida que uno debe hacer es
leer, leer y leer, eso sí alimenta el conocimiento y nos permite abrirnos paso
a nuevos tiempos, a soñar y permitir soñar al resto. “Librocentrismo” es un
espacio dedicado a aquellos que encuentran en los libros una herramienta útil
para eso, para vivir una historia, para crear una ilusión y también para ayudar
a los estudiantes de todas las áreas en encontrar todo lo que necesitan para el
desarrollo de sus carreras. En esta librería estamos consolidando todo eso,
estamos captando las necesidades y las estamos haciendo realidades, con
sistemas virtuales de compra que nos permitan ahorrar tiempo, con grandes
descuentos con las mejores editoriales del país que permitan seguir comprando
libros originales a precios módicos de tal manera que la industria del conocimiento
siga creciendo y no se vea “asesinada” por la piratería de la cual muchos de
nosotros somos consumidores. Estamos con más proyectos en mente para seguir
avanzando, pero todo va a depender de la respuesta de los compradores, hagamos
que esto sea posible y siga creciendo.
Bueno, por ahora no tengo más
que decir, más que reiterar mi agradecimiento por su presencia y que este sea
sólo el inicio de algo que no debería acabar. Gracias a todos.
Escuché aplausos de todos lados, todo el público de pie, mi
padre aplaudía orgullosamente, mi madre dejaba derramar algunas lágrimas que
trataba de disimular con sonrisas, mis familiares hacían lo propio con mucho
entusiasmo, como si aquel día se hubiesen llevado una gran lección de vida y
rápidamente busqué con la mirada a Jessica, la vi de reojo y ella aplaudía con
mucho entusiasmo y sonreía y le decía cosas al oído a Gaby, quien también no
dejaba de aplaudir y respondí a su amiga, al parecer diciéndole siempre le ha gustado hablar, desde que lo
conozco nunca ha usado un papel así que no me sorprende a lo que Jessica le
daba empujoncitos de broma como no queriendo creer lo que Gaby le decía. La
miré fijamente por un momento y ella después de sonreír desvió su mirada, un
poco sonrojada.
Me dirigí a la puerta de ingreso que impedía el paso a los
asistentes con un lazo rojo que esperaba ser cortado, dentro del local se
encontraban dos señoritas que días antes habían sido contratadas para trabajar
a tiempo partido en el local. Me alcanzaron el micrófono y con tijera en mano
pronuncié:
—
A partir de este momento les
abro las puertas a un mundo innovador de conocimiento.
Corté lentamente la cinta que partida por la mitad caía al
suelo como haciendo una reverencia a quienes iban a ingresar. Las puertas se
abrieron desde dentro y la gente comenzó a ingresar. Todos iban ingresando
lentamente mientras murmuraban, los curiosos hacían lo propio, pero había
conseguido lo que se había planeado, el modesto local estaba lleno, algo que de
inmediato fue fotografiado para la publicidad en las redes. Al final de todo el
público se encontraban mis padres, todos ingresaban felicitándome por la
inauguración, esperaba en la puerta que todos hicieran lo propio y les tocaba a
mis padres. Mi madre me abrazó y dejó caer unas lágrimas nuevamente que no
tardó en secar y mi padre me abrazó fuertemente y me dijo al oído:
—
Hijo, estamos orgullosos de
ti, siempre lo hemos estado.
—
Gracias a ambos por permitirme
llegar a este momento.
Luego que ambos ingresaron al final de la fila se
encontraban dos guapas muchachas, me acerqué por educación a ellas:
—
Gaby perdóname muchísimo por
no haberte avisado, sabes que siempre he sido olvidadizo, aunque no invitar a
mi mejor amiga no tiene excusa alguna y depende de ti que encuentre algún perdón—
le dije abrazándola fuertemente.
— No
sé, déjame pensarlo— dijo ella en un tono disforzado— como no te voy a
disculpar, eres mi amigo— acto seguido hizo más intenso su abrazo— genial tu
discurso, seguro que lo improvisaste, ¿cierto?
— Me
sorprende que lo preguntases, sabes que nunca preparo un papel— le dije
soltándome de ella y dirigiéndome a Jessica.
— Jessica
disculpas totales a ti también, por no haberte pasado la voz, entenderás que
todo esto es nuevo para mí y me he mantenido muy ocupado a tal punto que sólo
deseo descansar un poco— le dije mientras me acercaba para darle un beso en la
mejilla y pude notar que olía tan bien como siempre y su cabello seguía
emanando aquel agradable olor— estás más guapa.
— ¿Qué
habrás querido decir?— dijo riéndose— Pero no te preocupes, lo importante es
que estamos acá y te felicito por la inauguración y sobre todo por el discurso,
de verás que si tú no lo decías no le hubiese creído a Gaby que nunca preparas
lo que vas a decir.
— Bueno
es cierto, lo que se hereda no se hurta— y abracé a ambas como haciéndoles
invitación a pasar— espero puedan acompañarme dentro, ya que tengo que atender
a los invitados, que clase de anfitrión sería sino lo hago.
— Desde
luego, anda Jaime estaremos por acá cerca mirando que hay de nuevo en tu
librería— Gaby como siempre, haciendo uso de un sarcasmo, con buena intención
desde luego.
—
Las espero— e ingresé a
atender a los anfitriones.
Mientras ya me encontraba dentro de vez en cuando miraba a
Jessica que caminaba por el local con Gaby, ambas conversaban y siempre
sonreían, a veces me he preguntado que clases de cosas hablarán las mujeres,
uno como hombre suele pensar que lo que uno habla muchas veces no se puede
decir delante de una dama, deduzco a primera instancia que las mujeres piensan
lo mismo.
El ambiente era bueno, música de fondo suave, bocaditos
para los invitados y algunos dejándose llevar por la novedad y descuentos en
los libros no dudaban en coger algunos ejemplares y llevarlos a caja donde
estaba Rosy esperando por cobrar.
Las horas iban pasando y me encontraba ya cansado por todos
los días que emplee para llevar a cabo el evento, aunque seguía siendo modesto
por lo menos auguraba ser expectante y estar a la altura de la demanda.
Ya llegadas horas de la noche el público se iba retirando,
mis familiares se despedían de mí, ya que por una extraña razón siempre suelen
irse todos en grupo, ya estaba acostumbrado a eso. Mis amigos me invitaban a
festejar en otro lado, pero educadamente desistí ya que opté por ir a mi casa a
descansar.
Ya no quedaban muchas personas en el local, más que algunos
cuantos que se habían puesto a leer unos e-books que habíamos instalado con la
reseña de todos los libros que teníamos de tal manera que se hacía más
interactiva la compra. Vi que mis padres se acercaron:
—
Hijo— era mi padre— me tomé la
molestia de separar un local por acá cerca donde nos espera un buffet e invité
a algunos de la familia a ir.
— Te
lo agradezco mucho— antepuse el gesto a mi cansancio— me lo hubieses mencionado
antes para invitar a algunos amigos que ya se han retirado.
— Me
olvidé, estaba entretenido viendo los libros y comprando algunos para leer
durante el viaje— era normal, mi padre también lee en cantidades— Pero mira ahí
está Gaby con otra guapa chica, deberías invitarlas a ambas.
—
Está bien.
Mis padres conocían bien a Gaby, era mi amiga por años y
solía ir a mi casa de vez en cuando a conversar por lo que ya era conocida en
mi familia.
—
Gaby, Jessica, mi papá me dice
que ha separado un local cerca de aquí y espero puedan acompañarme un momento.
— Pensé
que estabas cansado— dijo Gaby con tono sarcástico— pero si es gratis
aceptamos— lo dijo de una manera graciosa.
— Muchas
gracias Jaime, espero no incomodar ahí— dijo tímidamente Jessica que podría
tener razón, nadie la conocía en mi familia.
—
De ninguna manera. Vamos,
llamaré un taxi— saqué mi celular para avisarle a mis padres que iría aparte,
conversé con mi papá, me dio el nombre del local y en su camioneta llevó a
algunos familiares que quedaban— Vamos chicas, este taxi nos llevará.
Ya en el local, efectivamente un buffet no se hacía
esperar, algunos mozos atendían a la familia y pedí una mesa para tres en la
que me senté con Gaby y Jessica, estuvimos conversando por largos minutos y de
vez en cuando me iba al resto de mesas para conversar con la familia.
El ambiente era bueno, me sentí dichoso y me divertí mucho
bailando algunas canciones que el DJ ponía, bailaba con mis tías y con Gaby y
Jessica. Ya llegada la hora de irnos, me despedí de mi padre afectuosamente
prometiéndole que iría a despedirme de él en el aeropuerto y le dije a mi
hermano que lleve a mi mamá a la casa, puesto que iba a dejar en su casa a mis
amigas.
Llamé otro taxi y dejé como siempre primero a Gaby quien se
despidió afectuosamente de mí haciéndome prometer que un día iríamos a bailar
como lo hacíamos antes en grupos de amigos.
Luego ya afuera de la casa de Jessica:
—
Muchas gracias por todo Jaime,
de veras la pase muy bien y nuevamente quiero felicitarte por la inauguración
de “Librocentrismo” de seguro que estaré por ahí frecuentemente ya que me
encanta leer y las propuestas por libros de medicina a esos precios módicos han
sido un acierto— dijo Jessica.
— De
eso se trata, agradezco también tu presencia a pesar que tuve el desatino de no
invitarte, espero que vayas seguido por ahí ya que habrán descuentos para
clientes frecuentes— repliqué sonriendo— También me divertí mucho a tu lado… al
lado de ambas— rápidamente repuse sonrojándome.
— Espero
podamos encontrarnos otro día para seguir platicando, eres una persona muy
interesante.
—
Desde luego que sí, me
encantaría. Pero por hoy es momento de descansar.
Le di un beso en la mejilla que ella correspondió, pude
sentir nuevamente su aroma, muy agradable, ambos nos miramos por un momento y
ella me sonrió, yo también hice lo mismo y nos quedamos mirándonos fijamente
por un instante más.
—
Lamento interrumpir, pero si
más nos demoramos podría cobrarle un poco más— era el chofer que al parecer
estaba impaciente por irse.
— Lo
siento, bueno nos vemos Jaime, cuídate mucho— dijo Jessica un poco avergonzada.
—
Cuídate también Jessica,
espero vernos pronto.
De regreso a casa en el taxi con el chofer inoportuno, me
preguntaba que estaba pasando, por qué Jessica y yo nos comportábamos así
cuando estábamos solos, pero no trate de pensar en cosas que no existían, sólo
quería descansar.
En mi cama, recostado, agradecí a la vida por el buen
momento que estaba pasando y por un instante más volví a pensar en la guapa
Jessica, pero me decía a mí mismo que era sólo una amiga, por lo menos en ese
momento lo era y no tenía intenciones que eso cambie. Pero el destino es quien
se encarga de eso.
Felicitaciones por el nuevo capitulo, no dejo de admirar tu facilidad para describir los acontecimientos y a los personajes, con tu manera tan ágil y amena haces que uno se enganche con la lectura, como siempre aguardo con interés lo que continuará, te auguro muchos éxitos en tu faceta de escritor.
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