Empezaré suave. Ya ha pasado una semana desde que se llevaron
a cabo las elecciones en mi universidad, en mi facultad. Los resultados
favorecieron a Consenso Contable, grupo que tiene bien merecida esta victoria.
Esta semana estuve por la facultad, viendo el ambiente, al
parecer todo estaba tranquilo y ya estaba empezando a preocuparme precisamente
de que todo estuviese así. Hasta que se soltó la bomba.
Para aquellos que estuvieron al tanto del proceso de este
año, sabían que Consenso Contable había ganado en los tres Órganos de Gobierno
de la Universidad: Asamblea Universitaria (AU), Consejo Universitario (CU),
Consejo de Facultad (CF), a pesar de las irregularidades que ese día se
presentaron y terminaron impugnando dos mesas electorales. Cabe resaltar que
los votos por AU y CU son a nivel universidad.
Continuaré no muy condescendiente. A pesar de haber
impugnado esas dos mesas en la que descaradamente se pretendía hacer una sucia
manipulación el marco de lo que pasó aquel día fue el siguiente, según fuentes
directas que presenciaron lo que ese día pasó: “Para empezar los profesores que
fueron miembros de mesa no eran los designados por sorteo, sino que de alguna
extraña manera los designados días atrás no se presentaron y dio la casualidad
que otros profesores estaban muy temprano en la facultad el mismo día” menciona
Consenso Contable en su Facebook oficial. La casualidad es un sarcasmo, un
saludo a la bandera que de nuevo se hace presente en un proceso electoral. A
pesar de todo, no me sorprende que eso haya pasado, se podía venir, es por ello
que ante aquello el grupo fortaleció con personeros esas mesas. No queríamos
pensar mal (fue sarcasmo).
Pero eso no fue todo y aparentemente la cosa siguió: “La
mesa 11: El acta en la que estaban escritos los resultados jamás fueron
encontradas, misteriosamente desapareció, hasta la fecha no sabemos nada de esa
acta”. Y a continuación seguía: “Mesa 12: Fueron modificados descaradamente los
resultados quitando por lo menos más de 140 votos entre AU, CU y CF. Por suerte
pudimos hacer reingresar a nuestros personeros donde comprobaron el fraude, el
problema era que no encontraban las cédulas, hasta que las encontraron en la
basura y procedieron a contar nuevamente voto a voto. Se levantaron dos actas
hacia el comité electoral (en las que se hacían ver las irregularidades), estas
debieron proceder, pero lamentablemente no fue así y de ahí los resultados “oficiales”.
Sentencia finalmente el grupo. Resultados REALES: Consenso ganó en los 3
órganos de Gobierno. Resultados MANIPULADOS: Consenso ganó en Consejo de Facultad
y misteriosamente en los otros dos órganos de gobierno, los votos fueron
invertidos a favor de la lista otra lista.
Continuaré, escribiendo claro y duro. Me indignó, me
avergonzó. Al saber de aquella repudiable manipulación (de la cual se hizo caso
omiso) no pude evitar sentir lástima y asco (más del primero) por aquellas
personas que de una manera frenética y desesperada pretenden seguir
subsistiendo, sobreviviendo, alimentándose, de la universidad. Parece que el
único talento para el que han sido hechos es para esto, para meter sus
tentáculos y manchar la honorabilidad de un proceso electoral simplemente por
defender intereses, por rebajarse al nivel de una lacra, de un mafioso, de un
ladrón. De esos que con “saco” y “corbata” pretenden ocultar aquella trágica
máscara de delincuentes, porque atentar con la democracia es un acto delictivo,
un acto repudiable en todas sus instancias. Pretender ir en contra de la
voluntad de los estudiantes es tan triste como el adjetivo que se han ganado.
No menciono sus nombres, no por temor a represalias, sino porque ni siquiera
merecen que manche mi teclado con los mismos. Y de ahí encima tengo que ir a la
facultad y ver algunos “vitalicios” que pretenden seguir viviendo de la
facultad tengan la cara de decir que “consenso engañó a los estudiantes con
promesas inviables” que “las promesas de consenso son una máscara para
intenciones políticas de otro seguramente grupo de “vitalicios” profesores. No
me produce otra cosa que risa, que lástima por ellos. Una vez leí por ahí ¿Tan
difícil es caminar derecho? Al parecer resulta más difícil pretender que otros
se enderecen, que otros entiendan que hay un verdadero grupo de estudiantes
independientes, que no defienden otros intereses más que de los estudiantes que
por un mínimo de sentido común también son aquellos que forman el grupo. Pero
claro, cuando hay algunos que defienden intereses de otros, entonces pretenden
creer que todos hacen lo mismo: El ladrón cree que todos son de su condición. Lamento
que algunos compañeros de otros grupos tengan que leer esto, hay gente
respetable ahí, gente con ganas de hacer cosas por su facultad, por su
universidad, los invoco a que lo hagan por ustedes mismos, demuestren que tienen
la capacidad como la ha tenido consenso para hacer las cosas por sí mismos, sin
injerencia, sin pretensiones turbias y ocultas.
¿Propuestas inviables? Yo les diré que es inviable: inviable
es pretender destruir el prestigio de una facultad por el simple hecho de una
angurrienta ganas de alimentarse día a día de ella de una manera repudiable.
Inviable es manipular alumnos para beneficio suyo, sarta de seudo-profesores
que por el hecho de tener un cartón creen tener poder, del cual no tienen nada,
el poder se gana con respeto y les aseguro que nadie los respeta por lo que han
demostrado ser. Inviable es manipular
resultados para favorecer a un Rector y que lo único que ha demostrado hacer es
lo mismo que Burga ha demostrado en el fútbol: nada, y si algo ha hecho, al
parecer lo sigue haciendo mal: Pretender cobrar los cursos de actualización a
costos sumamente elevados (en algunas facultades más del 500%) como si la
ineficiencia y la mediocridad fuese el escudo de su gestión y que colmó la
paciencia de los estudiantes y fue el detonante que llevó a la toma de la Universidad
esta semana.
Gracias a Dios que el dicho “El alumno hace a la Universidad”
se aplica con dedicación y ahínco por los estudiantes que de verdad quieren a
su Universidad.
¿Por qué ganó Consenso Contable? Por razones básicas: los
alumnos se cansaron de que se les insulte constantemente con politos,
caramelitos y lapiceritos seguramente financiados con dinero de la misma
universidad (por si aún no se dieron cuenta), como si se tratara de esas
campañas en las que a la gente se les regala leche, baldes y gorras
pretendiendo comprar votos. Porque se reconoció un trabajo constante de años
que pacientemente llegó a su logro, con propuestas desde luego viables porque
no fueron creadas con ánimos de lucro ni de fantasías producto de una
alucinación. Porque no se defiende intereses de nadie más que de los
estudiantes, por lo que se puede trabajar siempre tranquilos y transparentes y
caminar tranquilos por los pasillos de la facultad sin agachar la cabeza ni con
las orejas rojas. Porque se vio que a los estudiantes les interesa realmente el
futuro de su facultad. Y finalmente y principalmente (desde mi punto de vista)
Consenso Contable ganó porque fue Consenso Contable y no fueron ellos.” Así de
sencillo” como diría mi profesor de peritaje.
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