El día en que decidí crear este blog, sinceramente no sé en
qué estaba pensando. Fue un acto
repentino, fue un acto que nació producto de un impulso que me llevó a hacerlo.
A pesar de que por muchos años, la lectura fue uno de mis
hábitos más comunes, no consideré la posibilidad de hacer algo que ahora
disfruto tanto, escribir.
Recuerdo vagamente que en el colegio escribía de vez en
cuando historias que me permitían fortalecer mi imaginación, y a su vez, tratar
de adoptar un estilo que en la soledad disfrutaba.
Disfruto de las buenas conversaciones y más aún me maravilla
aprender de las personas que se expresan con una exquisitez propia de un libro.
Fue todo aquello que me empujó, tímidamente a empezar a publicar algunas notas
en mi cuenta de Facebook. Éstas tuvieron gran aceptación, algo que me sorprendió
mucho, ya que lo que antes hacía de
manera personal día a día iba cobrando fuerza en el colectivo.
Fue a finales del 2012, donde atravesaba una etapa turbia en
mi vida, que decidí empezar a publicar más en las redes y por sugerencias de
grandes amigos, surgió la idea de crear un blog y a su vez (esperando no herir
susceptibilidades a aquellos que se dedican a esto más que yo) en pasar a la
lista de los blogueros.
Puedo decir que la satisfacción de saber que hay personas
que disfrutan de lo que yo disfruto, es algo que me genera grandes
satisfacciones.
Agradezco a todos aquellos que se toman un tiempo, para
semana a semana seguirme a través de este medio. Esta herramienta ha superado
mis expectativas y hoy se convierte en uno de mis mejores aliados para dar al
resto aquello que por años he mantenido conmigo.
Jefferson Valdivia.
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