viernes, 8 de mayo de 2020

El día después de mañana

Por Jefferson Valdivia



Hace algunas horas el presidente Martín Vizcarra ha anunciado la prolongación de la medida del estado de emergencia, y por tanto de la cuarentena. La medida para muchos ya no es viable, sobre todo porque luego de haber pasado algunas semanas desde que se inició esta medida, se ha vuelto prácticamente incontrolable seguir bajo cuarentena, principalmente por una disminución notoria en el número de efectivos policiales y militares en las calles, comprensible desde luego, por el número de contagios que se vienen presentando dentro de estos valerosos compatriotas y principalmente porque la gente se ha volcado nuevamente a las calles, empujadas por una necesidad de sobrevivir ante la crisis a través de sus negocios ambulatorios e informales, sumada a una larga y al parecer innecesaria espera de los famosos bonos del gobierno; y por una parte de ciudadanos que aparentemente se hartó de esta medida y sale sin preocupaciones, de una manera irresponsable desde luego y a veces innecesaria a las calles.


Frente a ello nos queda replantearnos: ¿qué habrá el día después de mañana? La verdad, es incierto. Cuando empezó esta cuarentena, tengo que ser sincero y a pesar de que era evidente que nuestro sistema de salud iba a colapsar y en algún momento la situación se iba a descontrolar, no pensé llegar a este punto con tanta incertidumbre y sobre todo con tanto descontrol en las cifras y una luz al final del túnel que parecer ser cada vez más lejana frente a cada anuncio presidencial de extensión de cuarentena. Pues ya nos hemos metido entre los países con mayor nivel de contagio a nivel mundial, así es, a nivel mundial.
Es que basta con salir un momento a las calles, para no solo cuestionar el porqué de la sacada de vuelta a la cuarentena, un hecho que es hasta cierto punto comprensible (para algunos) sino por la gran negligencia que hay para no respetar el distanciamiento social. Algo tan simple como respetar una distancia prudente y usar mascarillas de manera responsable y un constante aseo, pudo y podría evitar un gran número de contagios. Pero en un país como el nuestro, donde siempre se ha aplaudido al vivo, al "bacán del barrio" esto parece no ser aplicable. Y es precisamente ahí donde es válido cuestionarse si realmente vale la pena seguir prolongando la cuarentena. A estas alturas parece ya no tener sentido hacerlo, no por un pesimismo que sería inclusive sustentable, sino porque simplemente y ha quedado demostrado que nuestra cultura popular no lo soporta.
Pero haciendo un punto aparte a ello y sabiendo que tarde o temprano esto va a pasar, para bien o para mal, nos queda pensar que habrá el día después de mañana. A nivel económico es claro que vamos a recorrer un largo camino de reactivación económica y de retomar las riendas de crecimiento a como veníamos antes. El gobierno a través del MEF, en mi humilde opinión, está tomando al respecto medidas acertadas, a veces muy técnicas, muy incomprensibles para algunos, muy cuestionables para otros, pero al fin y al cabo creo que son acertadas. No se puede ser una pepita de oro para caerle bien a todos y en ese sentido la ministra parece mantenerse firme en esta ardua labor de recuperación económica. Habrá sectores que se demoren en resurgir más que otros, como turismo por ejemplo en un país como el nuestro, será uno de los más golpeados lamentablemente, por la gran cantidad de puestos de trabajo (entre formales e informales) que esto generaba. En otros rubros, protocolos de seguridad debidamente implementados (al parecer para las empresas que tengan los recursos para hacerlo) permitirá que haya una reinserción escalonada a las actividades empresariales del país, a través del proyecto por fases que el gobierno ha propuesto para reincorporarse a la economía, sin embargo no descuidemos al sector informal que de una manera u otra ha sido un sector que alimenta a muchas familias y que tal vez no pueda adoptar estas medidas y continúe relegada a la incertidumbre.
En lo político, probablemente para el otro año que vuelvan las elecciones, muchos que hoy han sacado rédito de la situación, aunque suene fuerte decirlo de una manera deplorable y cargada de populismo, tentarán a algunos cargos importantes dentro del gobierno, y porque no decirlo a la misma presidencia. Desde ya están sacando provecho de la situación para construir a costa de la irresponsabilidad y la necesidad de la gente, una campaña política para el otro año. Triste, pero parece que nuestra política todavía tiene un largo camino por recorrer para demostrar que realmente puede cambiar. Por ahora y en mediano plazo, parece que no será así.
En la sociedad, creo que nuestro modo de vivir va a cambiar significativamente en adelante hasta regresar a la "normalidad" o periodo "pre - pandemia". El virus tiene para rato en nuestras vidas y ello nos obliga a adoptar un nuevo estilo de vida, desde la manera en cómo nos comportamos como consumidores, como nos desempeñamos en sociedad, como estudiamos, como trabajamos y un largo etcétera, amarrado directamente a como nos volvemos, de una manera forzosa y anticipada, a ser cada vez más digitales y convivir con la tecnología de una manera más cercana en nuestras vidas. El nuevo futuro parece estar a la vuelta de la esquina.
En general, hay mucho más que va a cambiar. En algún momento, pero lo hará.  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por comentar...