Por Jefferson Valdivia
Llevamos más de sesenta días en cuarentena. Somos el país que más días ha tenido bajo esta medida y todavía nos restan algunos días más para que se levante esta medida (si es que al gobierno no se le ocurre extenderla). Francamente a estas alturas, resulta prácticamente imperceptible si nos quedamos una semana más o una semana menos. Las medidas de restricción, para aquellos que hemos tenido oportunidad de salir a hacer algunas compras para la semana y regresar nuevamente a nuestros hogares, parecen haberse levantado y la gente se ha vuelto a volcar a las calles nuevamente como si se ignorara el mandato presidencial.
Los casos de contagio, como era previsible desde un momento, se han
disparado a cifras que al corte supuestamente nos ubican por encima de la mismísima
China, país de origen del brote. Importante mencionar que estas cifras son las
"oficiales" reportadas por cada estado, pero creo que a estas alturas
también resulta poco creíble que China haya reportado el número de casos que
actualmente maneja. Se han demostrado por varios medios que el número de
contagiados y sobre todo de fallecidos superaría amplia, pero muy ampliamente
lo que actualmente hoy se conoce de dicho país.
Pero bueno, regresando a nuestra realidad, me sorprende mucho el
"falso optimismo" con el que el estado maneja la situación, o por lo
menos la comunica.
Estos días el jefe de estado tuvo la osadía de manifestar que hemos
llegado al pico de contagios y que, de acá en adelante empieza el muy lento
descenso. Particularmente me tomé el tiempo de tratar de entender que lo llevó
a decir algo así, sobre todo considerando que muchos expertos en la materia y
sin ir muy lejos, las mismas cifras oficiales parecieran indicar todo lo
contrario. En los últimos días hemos sido testigos de como el número de
contagios por día se ha disparado de tal manera que cualquiera que lo ve no
podría asimilar como es que se puede siquiera insinuar que hemos llegado al
pico de contagios. Solo en los últimos días las cifras han indicado que el
número de contagios ha aumentado de tres mil en promedio hasta llegar a cuatro
mil por día y el número de fallecidos superó los tres dígitos por día
lamentablemente. Por otro lado, vemos que la situación en los hospitales
parecer ser cada vez peor y esto acompaña un escenario que puede empeorar de
mantenerse así. Solo basta con ver la realidad de Loreto para tratar de
entender como es que ya hemos llegado al pico. La situación que atraviesa hoy
por hoy el medio oriente parece complicarse cada vez más y no de manera horizontal,
sino vertical y lamentablemente de una verticalidad ascendente. Una carencia de
médicos (que durante las semanas se han infectado o han fallecido) no hace más
que anticipar que la situación será cada vez más complicada y difícil de
controlar.
Por lo que pude tomar en conocimiento, el Ministerio de Salud se estaría
basando, para tan "optimistas", en un parámetro sería el número de
reproducción efectiva de una enfermedad infecciosa (R), que mide el número
promedio de personas a la que cada infectado contagia. Si es mayor que uno el
rango, significaría que un infectado va a contagiar a una o más personas. Si es
menor a uno es probable que el contagiado no contagie a otras personas (este
sería el escenario al que se apunta a llegar para decir realmente que esta
situación ha sido controlada). Esto es lo que el mandatario peruano indica se
ha reducido. Lo que al parecer nuestro presidente no considera que es que este
rango es dinámico.
Y este podría o, mejor dicho, es muy probable que sea nuestro caso. Cabe
recordar que ya desde esta semana se ha iniciado la liberación de algunas
actividades económicas, lo cual hará que de todas maneras el virus se mueva de
un lado a otro, por el sencillo hecho que la gente se estará desplazando de un
lado a otro. Pero no hay otro camino, la economía ya está lo suficientemente
golpeada como para pretender seguir paralizándola, pero es precisamente ello lo
cual no puede llevarnos a pensar aún en un triunfalismo ni en ninguna
contención. Queda esperar ver como la curva de contagio se va a mover cuando
más actividades económicas se sigan reincorporando y ver el impacto del
movimiento del virus para ver dónde va a posicionarse el R y si realmente se va
a mantener como está ahora, o no hará más que alejarse a más de 1. En algunas
regiones este indicador está llegando a 2 por lo que advierten algunos
especialistas.
Asimismo, especialistas advierten que no se está publicando información
completa de los reportes médicos (como muchas otras cosas) lo cual no da
transparencia al análisis y al fundamento científico y técnico que está tomando
el gobierno para afirmar algo así, muy alejado de la realidad que día a día se
ve en el país.
Finalmente, el número de pruebas tomadas de un momento a otro dejó de
aumentar. Esto, por obvias razones invita a pensar que la velocidad del
crecimiento de contagios no responde directamente a una "transmisión más
lenta del virus" sino a que se están efectuando menos pruebas, así como
que las pruebas que se están realizando en mayor proporción son de descarte
rápido frente a las moleculares (70% frente a 30%), conociéndose ya la
"efectividad" que tienen las de descarte rápido para identificar si
alguien tiene o no el virus.
No se trata de llenar este post con pesimismo, sino de hacerlo con una
realidad. Una realidad que lamentablemente dista mucho de lo que hoy por hoy
los que conducen el país pretenden dar a conocer.
Para superar un problema primero tenemos que aceptar que el mismo existe
y que su realidad al día de hoy es esa, por más drástica que esta sea, de otra
manera en un país como el nuestro no hace más que hacerle bajar la guardia a la
población, que ya de por si está relajando las medidas de cuarentena y que con
mensajes equivocados podría empeorar la situación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por comentar...