viernes, 30 de agosto de 2013

VOLVER AL PASADO (Capítulo 11 y 12)

CAPITULO XI

En ese momento ingresé a la casa de Gaby, por alguna extraña razón me sentía emocionado, entusiasmado, como si en el fondo eso era lo que estaba esperando, verla a ella ahí.
     Pasa Jaime, estábamos escuchando música— me dijo Gaby dándome un beso en la mejilla.
     Que gusto verte de nuevo— intervino Jessica, saludándome también— Hace media hora aproximadamente que acabo de llegar.
     El gusto es mío, no esperaba encontrarte acá pero me alegro—añadí.
Los tres nos sentamos en unos cómodos sillones de cuero que tenía Gaby en una especie de terraza con vista a la calle, el clima estaba templado y era un ambiente propicio para una buena conversación.
     Me da gusto que hayas decidido salir de tu casa, tiempo que no venías a visitarme— dijo Gaby con una sonrisa, dando inicio a la conversación.
     Bueno lo que pasa es que venía a contarte algo que ha pasado recientemente, así que quise hacerlo personalmente.
     Que sorpresa traerás esta vez.
En ese momento me di cuenta que Jessica se sonrojó, al parecer se había incomodado por haber pensado que no estaba en el momento adecuado, que había ido para contarle algo personal a Gaby y por ende ella no tenía lugar en aquella circunstancia.

domingo, 18 de agosto de 2013

VOLVER AL PASADO (Capitulo 9 y 10 )

CAPÍTULO IX

Jessica nació en un hogar de clase media. Desde niña siempre soñó con ser una doctora y aunque sus familiares sabían que cuando uno es niño siempre sueña con ser policía, doctor, abogado, etc., al parecer esa convicción con la que la pequeña Jessica decía querer ser la mejor doctora hizo que empezaran a considerar que esto sería posible.
Desde que era niña no disfrutaba mucho de las fiestas infantiles ni reuniones sociales, era una persona tímida y prefería quedarse en casa haciendo lo que más le gustaba: leer libros casi todo el día. Aunque aquellos libros fuesen libros infantiles que le hacían volar la imaginación, poco a poco los fue dejando para inclinarse por libros de medicina. Con doce años ya había leído algunos libros relativos a la medicina, aunque no eran muy complejos, ella pasaba las hojas con tanto entusiasmo como sus pequeños compañeros pasaban las hojas de sus álbumes y figuritas.

domingo, 11 de agosto de 2013

VOLVER AL PASADO (Capítulos 7 y 8)

CAPÍTULO VII

Cuando Jaime se encontraba en el último año de facultad, sentía que la Universidad no era para él, o mejor dicho él no era para la Universidad, puesto que al parecer todo aquello que durante años había ido aprendiendo de los libros y de los grandes autores, sembraron en él aquel deseo por conocer más allá de lo que normalmente uno puede aprender en los claustros universitarios que tanto él quería y defendía.
Ya se encontraba a meses de finalizar la carrera, a meses del tan ansiado día donde daría el paso que muchos habían estado esperando, cuando tuvo que tomar la decisión más importante de su vida hasta ese entonces.
Después de dos meses dándole vueltas al asunto, entendió que el Derecho era una buena carrera, pero que no satisfacía sus ambiciones, sus expectativas como persona. Luego de varias conversaciones con algunas personas cercanas, tomó la decisión de dejar la carrera.
No había sido nada fácil tomar aquella decisión, puesto que sus familiares se negaron a aceptar aquello. No podían creer que a tan poco de “la meta” diese un paso al costado, para enrumbarse en un camino que ni él mismo conocía y ni que él mismo podía identificar.
A raíz de eso constantemente recibía la visita de sus familiares y de sus amigos, haciendo vanos intentos de recuperarlo, de hacerlo entrar en razón y que retomase nuevamente la carrera, no le faltaba mucho y al dejar el Derecho, también tuvo que renunciar a la empresa en la cual trabajaba, una empresa importante y reconocida como una de las mejores firmas de leyes a nivel mundial.
Tuvo muchas discusiones con su familia, lo cual condujo que él tomara la decisión de marcharse de su hogar. No fue fácil aquello, en realidad no sabía si la decisión más difícil había sido dejar su carrera o dejar su hogar, pero ya estaba hecho. Su orgullo lo condujo a eso y ya no podía tolerar que diariamente le reprochasen una cosa u otra. Así era Jaime, un tipo orgulloso.

miércoles, 7 de agosto de 2013

VOLVER AL PASADO (Capítulos 3, 4, 5 y 6)

CAPITULO III

Jaime Valenzuela nació en el seno de una familia de clase media, desde muy pequeño mostraba su gran interés por los libros. Sus padres don Antonio y doña Luisa solían inculcar esos hábitos de lectura en su hijo que no tardó en darles grandes satisfacciones. Veían con asombro como su pequeño Jaime armaba y desarmaba rompecabezas con tan corta edad y de una manera descomunal, algo que los llevó a pensar que su hijo sería diferente y no tardaron en encaminarlo para un camino plagado de conocimientos.
Veía con su padre documentales de historia, películas que todos disfrutaban en familia y aunque el pequeño Jaime no se mostró muy interesado en la Historia, no era impedimento para grabar todos aquellos conocimientos adquiridos constantemente. Le fascinaba como su padre tenía esa capacidad para inventar historias, en las reuniones familiares miraba maravillado como todos sus pequeños primos se reunían alrededor de don Antonio y escuchaban maravillados las historias que en ese momento él improvisaba, haciendo gala de esa gran creatividad. Sabía también que cuando don Antonio era pequeño decía una noche soñar algo y a la noche siguiente continuaba su sueño. Algo que cuando Jaime era pequeño escuchaba con asombro pero que años más tarde llegó a cuestionar, pero que todo aquello le marcó para también crear e improvisar en sus historias.

sábado, 3 de agosto de 2013

VOLVER AL PASADO (Capítulo I y II)

VOLVER AL PASADO

Por Jefferson Valdivia


CAPÍTULO I


Sentado en el cómodo sillón de cuero de mi departamento con vista a la ciudad, ciudad que tanto quería y que había sido testigo de mi crecimiento y mi desarrollo, no desprendía la mirada de la calle, por la que transitaban personas de buen vivir (o por lo menos eso creía) prendí un cigarrillo dejando de lado mi vaso de whisky, que de vez en cuando solía beber cuando pretendía relajarme un poco antes de empezar a escribir.
Esta vez sentía que era diferente, había algo que no me dejaba centrar mi atención en una nueva historia, en una nueva aventura, algo que mis fieles lectores disfrutaban mucho sea en mi publicación semanal en el diario con mayor reputación o en mis libros que publicaba cada 6 meses y que tantas satisfacciones me estaban dejando.