lunes, 29 de julio de 2013

CON "P" DE PATRIA: POR QUÉ QUIERO TANTO ESTE PAÍS

Por Jefferson Valdivia

Primeros meses del 2008. Había acabado meses antes el colegio y seguramente sabía que se me venía la Universidad, dentro de mis planes estaba hacer la misma los cinco años de corrido así que consideré que era importante darme unas vacaciones o por lo menos darme un tiempo para analizar mis proyectos a futuro sin perder el tiempo a su vez. Le propuse a mi padre la posibilidad de ir a trabajar con él a Ecuador, país en el que él ya radica más de diez años. Al inicio se mostró en contra ya que al igual que casi toda mi familia, pensaban que iba a dejar de estudiar. A pesar de todo agradezco haya confiado en mi palabra y haya tenido fe en mis proyectos. Me autorizó y viaje para Ecuador con 16 años para trabajar. Fue mi primer trabajo de verdad y eso me entusiasmaba, sabía que iba a madurar y que asumiría nuevas responsabilidades que me ayudarían en mi vida futura.

Era la segunda vez que iba pero esta vez no de vacaciones sino para trabajar. El tiempo era aproximadamente 6 meses en los que yo estaría lejos de mi casa, lejos de mi ciudad, lejos de mi país.
Tengo que reconocer que fue un año duro ya que si bien es cierto aprendí lo que era la vida, aprendí lo que era ganar dinero fruto del trabajo y valorar el mismo, también aprendí lo que era extrañar. Fueron 6 meses complicados entre los que aparte de lidiar con la responsabilidad de quedarme a cargo por que mi papá constantemente venía a Lima, tenía que aprender a lidiar con el hecho de pasar fechas especiales de una manera que no esperaba: El día de la madre la pasé sin mi madre, el día del padre lo pasé sin mi padre y mi cumpleaños lo pasé sin mis amigos con los que fervientemente año a año me acompañaban.
Dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, es cierto. Pero en este caso yo no había perdido nada, sólo los tenía lejos como las muchísimas personas que muchas veces tienen que dejar su país para sacar adelante a su familia y aquello conlleva a esos sentimientos encontrados.
28 de Julio del 2008 trataba de conformarme con ver lo que pasaba en mi país por la televisión ecuatoriana e Internet. Se sentía extraño, por lo general esa fecha solía ser protagonista en mi país y por primera vez no lo era. Miraba a mi alrededor y era comprensible que era como un día más en la vida de Ecuador.
Miraba las monedas de nuevo sol que tenía y se sentía muy extraño. En ese momento pude entender a esas miles de persona que se encuentran alejada, todos aquellos sentimientos y sensaciones que embargan a la persona cuando se encuentra lejos de lo que más quiere ya que un país no es sólo un pedazo de tierra, es más que eso por todo lo que representa para cada uno de sus habitantes.
A pesar de que los amigos ecuatorianos me trataron bien, algo que agradezco cada vez que voy, extrañaba mi país más que nunca y no veía la hora de regresar a reencontrarme con todo aquello que había dejado de lado por todo ese tiempo. Había llegado la hora de regresar y admiraba también a mi padre, por haber tenido que aprender a lidiar con eso también, se que no era fácil para él tampoco estar en otro lado que no fuese su tierra.
Fuimos hasta la frontera y ya sentía toda aquella mezcla de sentimientos en el que se sobreponía la emoción. Llegamos hasta la frontera, la cual es transitada diariamente por cientos de persona en la que al extremo de aquel pequeño puente hay una puesto de vigilancia con militares ecuatorianos y al otro extremo un puesto de vigilancia con militares peruanos.
No se que sentirán aquellas personas que después de tiempo regresan a su país y aunque no fue mucho el tiempo que estuve allá (en comparación con otras personas), no puedo describir lo que sentí al ver flameando la bandera peruana al otro lado, aquella teñida con los colores rojo y blanco que no hacen más que desatar pasiones en multitudes. No puedo describir lo que sentí al ver aquel cartel que decía "BIENVENIDOS AL PERÚ", se me hizo un nudo en la garganta y traté de contenerme ya que al parecer el resto transitaba con normalidad en aquella zona agitada por el comercio. Mi corazón latía rápido, y cada paso que daba me llevaba a ver a mi alrededor y apreciar mi país nuevamente. Tengo que reconocer que esa parte fronteriza Aguas Verdes, no es de las más vistosas que haya visto pero es parte del Perú, es parte de mi país y el tan sólo sentirme en casa era suficiente para mí. Acompañé a mi papá a hacer los trámites y gestiones que tenía que hacer y fuimos a comprar los pasajes. Siempre me gustó viajar en bus y ésta vez más que nunca quería recorrer mi país y no perderme ningún detalle. Como por acto de inercia antes de viajar fuimos a almorzar y no podía dejar pasar la oportunidad para pedirme un buen "lomo saltado" acompañado de su "chicha morada", de veras nunca habia extrañado tanto la comida peruana. Iba por el camino y nuevamente podía hacer uso de mis monedas de Nuevo Sol. Compré El Comercio para actualizarme y empezaba ya a escuchar la música peruana en los restaurantes y a pesar de que antes ni siquiera podía escuchar la cumbia por que no me gustaba, tengo que reconocer que esta vez era como miel para los oídos.
Me despedí con tristeza de mi padre, habían sido 6 meses en los que nuevamente compartimos momentos que no compartíamos de tiempo, pero ambos sabíamos que teníamos que seguir en nuestras cosas y que habrían muchos años más para disfrutar de la vida.
Mientras me instalaba cómodamente en el bus que me traería a la ciudad de Lima, una ciudad que amo desde el día que nací, pensaba en las cosas que haría al llegar pero también pensaba en lo importante que es el Perú en mi vida. Siempre lo fue pero había llegado el momento en el cual lo había aprendido a valorar como éste se merece.
Llegué a Lima y aunque mi mamá y hermano estuvieran en Arequipa, el estar nuevamente por estos lugares me emocionó demasiado. Llegué a mi casa y como siempre mi fiel compañero aguardaba mi llegada, parado en aquel balcón como si supiera que estaría a punto de llegar (o como lo estuvo cada día de los 6 meses esperando a que llegase) mi buen perro Scott, lucía varios kilos menos y al inicio no me reconoció pero al encontrarme personalmente con él no pude evitar dejar caer algunas lágrimas y aunque parezca mentira puedo sentir que mi perro hizo lo mismo.
Aquellos seis meses fueron cruciales para mi, diría que marcaron un antes y un después en mi vida tanto en lo personal como en todo.
No tienen idea de cuánto amo este país, de cuanto he aprendido a valorar a aquellos patriotas que en su tiempo dieron la vida por esta tierra, de cuanto he aprendido a amar una bandera, de lo cuanto me emociona al cantar las notas del Himno Nacional, de cuanto disfruto cada vez que pruebo comida peruana o de cuanto disfruto al comer algún dulce peruano o bebida local.
Siempre he sido un apasionado de las cosas que hago o de las cosas que elijo como mi equipo o mi querida Universidad. El Perú se encuentra por encima de todo.
Ahora comprendo porque tantas personas dieron la vida por esta tierra, porque dieron su vida por una bandera y porque día a día muchas personas tratan de sacar adelante este país. Realmente se puede querer tanto a una nación? SI. Realmente se puede ser patriota? SI. Realmente se puede enrumbar un país a un mejor destino? SI:
Estamos en un país donde lo imposible no existe ni existió, porque su gente derrocha creatividad. Estamos en un país donde las maravillas son comunes, porque así hemos sido bendecidos. Estamos en un país donde puedes disfrutar maravillas culinarias en cualquier parte, porque tenemos los recursos para producirlos. Estamos en un país de guerreros, porque todos tienen ansias de salir adelante. Estamos en un país que ha sufrido mucho, pero que no fue impedimento para seguir amándolo ya que por encima de todo seguimos siendo peruanos y a pesar de los defectos que podemos encontrar, somos tan ingeniosos que seguimos adelante con las virtudes. Somos una raza diferente, que considero yo hemos sido bendecidos por la naturaleza y por todo lo que hubiese.
Somos una cantera de fervientes hinchas que apoya incondicionalmente a su selección porque es lo que refleja una nación en lo deportivo, dime que se siente gritar un gol peruano ante Chile? Dime que se siente que otras persona hable mal de tu país delante tuyo? Dime que se siente probar un pisco sour? Dime que se siente ver Machu Picchu? Dime que se siente cantar el Himno Nacional en un estadio lleno de peruanos? Dime que se siente comer arroz con pollo, papa a la huancaina, carapulcra, tacacho, etc? Dime que se siente poder encontrar lo que quieras en cualquier lugar de esta tierra bendita? Dime que se siente disfrutar de la vida en el Perú? Dime que es poder sentir que eres capaz de dar la vida por esta nación como lo estoy dispuesto a hacer? Dime que se siente ver tu bandera flameando en los lugares más prestigiosos? Dime, que se siente ser peruano?

NO PIENSES QUE PUEDE HACER TU PAÍS POR TI, SINO QUE PUEDES HACER TÚ POR TU PAÍS.


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