sábado, 18 de julio de 2015

Feria Internacional del Libro 2015

Por Jefferson Valdivia

Era viernes 17 de julio del 2015, me levanté temprano a las 6 am, para variar aunque me encuentre de vacaciones aún no puedo hacer que me organismo descanse más, había llegado el día que luego de un año volvía a encontrarse con una legión de seguidores. La Feria Internacional del Libro de Lima 2015 iba a abrir sus puertas desde temprano.
Once de la mañana y un grupo reducido de personas se iba concentrando en las afueras de la Feria, ubicada en el Parque Los Próceres de Jesús María. Destacaban personas de edad, escolares, universitarios y familias que de manera entusiasta debatían sobre lo que esperaban encontrar este año en la feria. Los medios de prensa hacían lo propio alistando sus cámaras y probando los diferentes enfoques de sus lentes. Los minutos pasaban y las ventanillas aún no abrían, a pesar de haber sido anunciado que once de la mañana en punto se daría inicio a la inauguración. Considero que para no perder la costumbre de las buenas prácticas peruanas el evento dio inicio media hora más tarde de lo pactado. Once y media de la mañana ante la incomodidad de una cola que llegaba a alcanzar la longitud de una cuadra las ventanillas iniciaron la atención al público con precios módicos de cinco soles entrada general y tres soles para universitarios. A pesar del pequeño, por ser generoso, percance inicial, nada podía opacar lo que dentro nos esperaba.